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BiblioAzuay, un programa para fomentar la lectura que busca la donación de libros

No basta con poner libros en las bibliotecas y tener un programa de préstamo para fomentar la lectura en la niñez. Esto lo entendió BiblioAzuay, el proyecto de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay que, en el 2021, en una buseta, empezó a recorrer el Azuay para compartir lecturas con niños de 5 a 14 años.

En un principio, cuando arrancó el proyecto, la idea era que los niños y niñas, a través de una plataforma virtual, solicitaran el préstamo de los libros de la Casa de la Cultura.

Sin embargo, en las visitas a las comunidades y cantones de la provincia, en muchos casos, no tenían ni siquiera una señal estable de internet. Entonces se planteó la idea de llevar la biblioteca infantil del Núcleo del Azuay en una buseta.

Entre idas y venidas, en la interacción con los niños, con sus profesores y con las autoridades de los cantones, entendieron que para fomentar la lectura tenía que haber un proceso de por medio: los espacios de mediación lectora en los que usen las distintas expresiones artísticas.    

“Estamos súper convencidos que las actividades artísticas nos permiten enganchar a los niños. Con la música, con el canto, con el teatro, los niños se enganchaban con nosotros y nosotros vamos al tema de la lectura”, dijo Marily Román, coordinadora de BiblioAzuay.

Los mediadores de lecturas, lo que empezaron a hacer fue: llegar a una comunidad, a una escuela, generar el espacio de la mediación y permitirles escoger un libro. 15 días después, los mediadores regresaban para recoger los libros prestados y conversar con ellos de las lecturas realizadas.

Dos años después de los primeros recorridos, cerca de 7.000 niños de 11 cantones han tenido la oportunidad de acceder a obras infantiles que en sus espacios no habrían podido conseguir porque no cuentan con una biblioteca o librería.  

“En el caso de mis estudiantes, ellos tuvieron contacto con libros que, por su condición económica y ubicación rural, no los podrían obtener. Los libros que les prestaban estaban adecuados a sus intereses”, contó Juan Cajamarca.

Fuente: Mercurio