El desfile se volvió a realizar después de dos años. Alrededor de 1.600 niños, adolescentes y jóvenes mostraron la cultura y las costumbres de la ciudad.
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El orden castrence del colegio Abdón Calderón, la caracterización de las aguas que rodean a Sayausí y las cholas gigantes, ya tradicionales del Sudamericano, fueron algunas de las presentaciones que se vieron en el desfile estudiantil para festejar los 465 años de fundación de Cuenca.
Retomado tras dos años de pandemia, niños y jóvenes volvieron a la avenida Solano y recorrieron hasta la altura del colegio Bengino Malo para mostrar, precisamente, de qué está hecha una ciudad fundada hace más de cuatro siglos y medio: diversidad.
“Con lo que se vivió en la pandemia, nosotros ya extrañábamos esto porque pudimos volver a vernos con nuestros amigos. También nos pudimos presentar y mostrar de lo que estamos hechos”, comentó Daniela Anguisaca, estudiante de la Unidad Educativa del Milenio de Sayausí, que parte de esta cita estudiantil.
Desde sus artistas, pasando por su gente, hasta las costumbres de cada familia, son parte de las características de aquellas personas que levantaron (y que siguen levantando) a Cuenca, que ayer se vio enaltecida por los más jóvenes.
Los bailes, la comida, la vestimenta, la música y su arquitectura fueron recordados con una serie de presentaciones.
Entre los máximos exponentes estuvieron los estudiantes de la Unidad Educativa del Milenio de Sayausí. Unas 200 personas, entre niños, adolescentes, jóvenes y maestros, de la institución de la parroquia rural, se hicieron presentes para recordar que Cuenca es agua, naturaleza y vida.
Otros, en cambio, como las instituciones particulares, recordaron aquellos bailes que todavía se practican, principalmente, en las parroquias rurales que rodean a la ciudad.
“Hay tantas cosas que tiene esta ciudad, que no es grande en tamaño. A pesar de eso, tiene tantas costumbres, tantas experiencias. Solo hay que ver a los estudiantes y sus presentaciones para darse cuenta de esa variedad”, opinó Martha Urdiales, quien fue una de las tantas espectadoras que llegaron para ver el desfile.
Fuente: El Mercurio
