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Recuperan áreas ubicadas al pie del cerro Cojitambo

El proyecto involucra a técnicos municipales, investigadores y habitantes de la parroquia.

Al pie del cerro y las ruinas arqueológicas del Cojitambo se recuperan espacios de valor cultural para el cantón Azogues. Se trata de la Cueva del Mashu Juktu, El Chorro y una parte del Qhapaq Ñan que conforman una ruta turística.

La Cueva del Mashu Juktu o Cueva de los Murciélagos se caracteriza por conductos y concavidades. Según información de la sección de Patrimonio del Municipio, se cree que los túneles conectaban los cerros Cojitambo (Azogues) y Guagualzhumi (Cuenca), además que los cañaris realizaban en el interior del sitio cultos y rituales.

Asimismo, se menciona que El Chorro servía como un lugar de adoración y culto al agua. Luego fue adecuado para convertirse en la principal fuente de abastecimiento de agua de Cojitambo y sus comunidades previo a la construcción del actual sistema.

Mientras el Qhapaq Ñan o también conocido como el “Camino del Inca” rodea el cerro Cojitambo. El sendero está limitado por muros de piedra y vegetación. 

La iniciativa municipal inició hace cinco meses para identificar estos espacios ubicados en el entorno del Cojitambo. El proyecto arrancó con un diagnóstico participativo que involucró a técnicos e investigadores con los habitantes de la parroquia.

La información sirvió para continuar con labores de adecentamiento en los sitios identificados con el aval del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Se realizó la poda y desbroce de vegetación, la adecuación de accesos, además de la colocación de señalética de las características y leyendas de las áreas recuperadas, entre otras actividades.

Así lo explicó Isabel Garate, jefa de Patrimonio del Municipio de Azogues, durante el evento de ayer para la entrega de estos trabajos, así como el lanzamiento junto a la Universidad Nacional de Educación (UNAE) del proyecto “Recorriendo las rutas del Cojitambo”.

Romel Sarmiento, alcalde de Azogues, comentó que también se implementó una garita de seguridad en el acceso principal a las ruinas arqueológicos para evitar que personas lleguen a libar o realizar otras actividades en el sitio.

Se prevé construir un cerramiento para custodiar el bien. Además se suscribirá en los próximos días un convenio con el Instituto de Educación Superior “Luis Rogerio González” para que, previa autorización del INPC, se intervengan los muros del complejo arqueológico.

Expectativa

Los habitantes de la parroquia aspiran que la recuperación de estos espacios ubicados al pie del Cojitambo reactiven la economía local.

Para Milton Gallegos, representante de la Asociación de Picapiedreros del Cojitambo, las áreas intervenidas se encontraban en el abandono “prácticamente perdidas”.  Gallegos cree que con estas obras se recuperan espacios que ayudarán al turismo de la parroquia.

Fuente: El Mercurio