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Jesús Fichamba, el artista orgulloso de sus raíces: El día que me muera quiero que me entierren con mi moño, mi poncho y mis alpargatas

Su voz decidió apagarse definitivamente luego de luchar contra el COVID-19, pero su interpretación de ‘La Pinta, la Niña y la Santa María’ será eterna.

Nació el 7 de febrero de 1947, en el mes del amor, un sentimiento ferviente cada que hablaba de la música, sus amigos y familia. Lo romántico y sensible de su personalidad se mezcló con una fuerza vocal y seguridad inquebrantable aquel 21 de septiembre de 1985, cuando Jesús Fichamba representó al Ecuador en el festival de la decimocuarta edición del Gran Premio de la Televisión Iberoamericana (OTI), en España, ocupando el segundo lugar en la competencia.

lunes 26 de abril, su voz decidió apagarse definitivamente, luego de luchar incansablemente contra el COVID-19 por alrededor de cuatro semanas, pero su interpretación de La Pinta, la Niña y la Santa María fue tan histórica que despertó una admiración que seguirá viva a través de los tiempos.

Fichamba falleció en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo, donde estaba internado desde el pasado 14 de abril.

‘Sentí que mi raza indomable no se sometía’

El artista era originario de Peguche, Otavalo, y siempre se sintió orgulloso de sus raíces; no solo lo llevaba en su sangre, sino también en su manera de vestir: sus alpargatas, ponchos, pantalones y camisas blancas siempre lo acompañaron en su carrera musical. “Voy con mi etnia a todos lados (…). La gente debe identificarse con sus raíces. Debe sentirlas propias”, dijo en un concierto en Guayaquil en el 2017.