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Piden incrementar la pena para el autor de crimen de Tania Calle

Una familia espera que los jueces incrementen la condena que pesa contra Luis Rafael I., por la muerte violenta de Tania Priscila Calle Coronel, de 32 años.

En mayo de 2023, un Tribunal de Garantías Penales del Azuay impuso la mínima sentencia de 10 años de pena privativa de la libertad para Luis Rafael I., al considerarlo autor de homicidio de Tania.

El delito de homicidio está tipificado en el artículo 144 del Código Orgánico Integral Penal (COIP): “la persona que mate a otra será sancionada con pena privativa de libertad de 10 a 13 años”.

En las últimas horas, en la Corte Provincial de Justicia del Azuay, se cumplió una audiencia de apelación, con el propósito de que la sentencia sea por el delito de asesinato y se consideren circunstancias agravantes, para que la condena sea la máxima.

El artículo 140 del COIP sanciona el asesinato con cárcel de 22 a 26 años.

El veredicto de los jueces tras la audiencia de apelación quedó pendiente y será conocido en los próximos días.

Héctor Vanegas, abogado de la familia de Tania Calle, señaló que existen las pruebas suficientes que el procesado tuvo una conducta que recae en el delito de asesinato. Además, se evidenció la existencia de circunstancias agravantes de la infracción, como alevosía y planificación del crimen.

De acuerdo con las investigaciones, el 29 de mayo de 2022, Luis Rafael I. viajó desde el cantón Santa Isabel (Azuay) hasta el domicilio donde residía su cuñada, situado en el sector Quinta Chica de Cuenca. Entre sus pertenencias llevó un martillo, pues había planificado utilizarlo para causar la muerte de la mujer.

Pasó la noche en este inmueble y al día siguiente esperó que los hijos de su cuñada acudieran a su centro educativo, para atacarla y golpearla con el martillo en la cabeza, mientras ella se encontraba en su habitación.

Luego limpió la escena del crimen, trasladó el cuerpo hasta el tercer piso del inmueble, sitio donde lo lavó y envolvió en unas cobijas.

Mantuvo escondido el cadáver en su habitación, mientras llamó a un compañero de la universidad –con quien estudiaba veterinaria–, para pedirle que le haga una carrera.

Fuente: Mercurio