Cuenca

Macas, un tesoro protegido por la majestuosa selva Amazónica

Visitar Macas es impresionarse desde su entrada con el intenso color verde de la vasta vegetación que cobija la urbe y que se conjuga con el permanente sonido de los ríos que sirven como transporte y fuente de alimentación para las comunidades mestizas y Shuar que se asientan en sus orillas.

Quienes parten desde Cuenca hacia Macas emprenden una travesía de 221,7 kilómetros, en la que se intercambian paisajes montañosos y nublados, propios de la sierra andina, con ambientes cálidos y húmedos característicos de la Amazonía ecuatoriana.

 Al dar los primeros pasos por esta ciudad se divisa la majestuosidad del ríos Upano y Yuquipa, que dividen la urbe y sirven como fuente de ingreso económico para propios y extraños.

En ellos se pueden practicar actividades como pasear en canoa y contemplar los paisajes, saludar a las comunidades que habitan en las orillas, escuchar el canto de las aves o realizar deportes extremos como el rafting, que prueban la valentía de los más arriesgados que visitan este lugar.

Si decide caminar por los campos observará enormes cultivos de alimentos como la yuca, el plátano, la papa china, una variedad de frutas y verduras que son los ingredientes principales de los platos típicos de esta zona.

El ayampaco de pollo, que se sirve en hoja de bijao; el caldo de caracha o el té de guayusa que se oferta en cada comunidad indígena o restaurante que visite, son los platos estrellas que debe probar si decide darse la oportunidad de conocer esta tierra.

Uno de los puntos imperdibles al visitar Macas son las cabañas ETSA, un emprendimiento de indígenas Shuar que permite adentrarse en las tradiciones de esta cultura milenaria a través de interacciones prácticas cómo aprender palabras en su lengua, realizar sus rituales y aprender sobre sus saberes.

Una de las actividades que puede realizar en este lugar es caminar a través de la selva, pero antes debe participar de una ceremonia previa en la que Charip (relámpago), líder de la comunidad, se presenta junto a su familia dando la bienvenida a sus visitantes.

Para la presentación los indígenas llevan una vestimenta tradicional que consiste en un vestido para las mujeres denominado «karachi» y una falda larga con líneas verticales para los hombres, de nombre «Itip».

Después de este acto, los anfitriones invitan a los turistas a un baile tradicional en el que los hombres mueven su cuerpo hacia adelante y atrás, mientras que las mujeres recogen las manos sobre su vientre y se dejan llevar por el ritmo.  

Fuente: Mercurio