Sacaron lo que más pudieron y lo que consideraron elemental: enseres de cocina, cama, alimentos, cobijas, electrodomésticos. Con esto las familias alrededor de la zona devastada por el deslave en Alausí, provincia de Chimborazo, se ponen a buen recaudo ante el temor de un nuevo deslizamiento.
Muchos de los pobladores desde zonas alejadas ven cómo una gran masa de tierra tapó zonas pobladas. Los habitantes recuerdan a sus vecinos que fallecieron, a los heridos y otros a quienes aún no encuentran.
En el sitio hay dolor, miedo e indignación, mientras personal de la Policía Nacional y el Ejército resguardan la zona.
En medio del intenso frío hay movimiento.
Camiones se llenan de las cosas que las familias sacaron de sus viviendas; algunos de esos enseres se cargan entre hombros.
Una mujer, entre sollozos, recuerda los momentos de terror vividos la noche del domingo.
Cuando estaba en la zona, en horas de la noche, vio bajar lodo; escuchó un estruendo, junto a su hija gritaron, se fue la luz y la desesperación se apoderó del barrio Nuevo Alausí, el más afectado.
En medio de las labores de rescate personal militar y del Cuerpo de Bomberos rescataron un perro en medio de la tierra.
Uno de los bomberos de Cuenca hidrató a la mascota para luego ponerla a buen recaudo.
Fuente: EFE
