“Antes no era así, todo era tranquilo, pero ahora la inseguridad es tremenda”, es la percepción de Gloria Remache, una moradora de la parroquia Totoracocha, donde esta semana fue asesinado el propietario de una casa rentera cuando sus victimarios le exigieron 15.000 dólares para dejarlo vivir.
Gloria, también señala que en las calles hay agresores que con amenazas intimidan a los ciudadanos para que les entreguen dinero, mientras que otros para someter a las víctimas utilizan cuchillos y armas de fuego.
Otros moradores prefieren guardar su identidad por temor a represalias, pero coinciden que la inseguridad está latente en Cuenca. “Los jóvenes ya no pueden salir a las calles con objetos de valor porque son los más afectados”, mencionan. En diferentes sectores de la urbe han sido perpetrados asaltos, robos, y crímenes.
Por ejemplo, en la parroquia El Valle, debido a la incidencia de robos en domicilios, sustracción de accesorios de vehículos y abigeato hay barrios que se han organizado para de forma particular impulsar la organización entre vecinos, hacer aportes y dotar de cámaras de seguridad al sector, además de contratar a un guardia privado que recorra la zona en horas de la noche. Es el caso de una urbanización de Cochapamba.
Actualmente, las redes sociales se han convertido en la plataforma de los ciudadanos para difundir los videos captados por cámaras durante robos en domicilios y negocios. Las imágenes revelan cómo delincuentes burlan las seguridades, destruyen cámaras y se apoderan de electrodomésticos y objetos de valor.
Fuente: El Mercurio
