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El MIES atiende a 147 menores de edad víctimas de trata en casas de acogida

Es un paraíso. Pero un terremoto y la pandemia develaron el lado oscuro de este lugar paradisíaco que pronto se transformó en la cuna de operaciones de una red criminal internacional de pederastas. Aunque parece un guion de película, esta fue la realidad de Canoa, en el cantón San Vicente, situado en el centro-norte de la provincia de Manabí. 

Al menos, 200 menores de edad fueron víctimas de trata de personas. Esta es una delito que vulnera todos los derechos humanos, explica Katherine Herrera, experta en temas de seguridad y trata de personas. 

“Es obligarle o manipularle a una persona indistintamente de la edad, el género o sexo, para que haga una actividad a cambio de dinero, que no va a ir a la víctima, sino a un tercer, que se lucra económicamente”, detalló Herrera. 

Aunque el caso se develó en 2022, las víctimas e, incluso, los padres de familia que vendían a sus hijos para estos fines no lo reconocen como tal, señala la experta. 

“Les regalan dinero, alimento, videojuegos para ganarse la confianza y operar la confianza de los padres”, aseguró. 

Según el ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), Esteban Bernal, en Manabí se cubre al menos a 530 niños, niñas, adolescentes y a sus familias con servicios de protección especial. El MIES atiende a 147 niños, niñas y adolescentes víctimas de este delito en casas de acogida. 

Por ejemplo, el apoyo y custodia familiar, para dar seguimiento, acompañamiento, consejería, mencionó Bernal. 

Cifras de la Unidad Nacional contra la Trata de Personas de la Policía exponen que desde 2022 hasta lo que va de 2023 se registraron 45 casos, de estos, el 85 % involucran a menores de edad; sin embargo, Herrera detalla que existe un subregistro, pues no todos denuncian. 

“Mucha veces, los familiares de las víctimas no reconocen lo que ha sucedido, y no llegan a poner una denuncia”, afirmó Herrera. 

Detalla, además, que en Ecuador los delitos que se derivan de la trata de personas están presentes, pues se identificaron explotación sexual, pornografía infantil, esclavitud laboral y mendicidad forzada. 

“Esmeraldas, Guayaquil, Manabí, Sucumbíos y hay un caso particular: en zona centro son captados para conflicto armado”, indicó Herrera.  

Fuente: Telégrafo