La educación inicial se ha vuelto un proceso clave en la formación de los niños. Cada año incrementan en Ecuador, por lo menos en el sistema fiscal, la matriculación en los niveles Iniciales.
Hasta hace diez años, según los registros del Ministerio de Educación, había 274.258 niños matriculados en el Inicial. Mientras que, para el año lectivo 2022-2023, se matricularon a 324.476 infantes.
Y es que, año a año, los padres ya consideran al Inicial como esa etapa previa a la escolaridad, ya que los resultados son distintos entre un niño que fue estimulado antes de ingresar a la escuela y un niño que no.
Mejoras en el lenguaje, la interacción entre pares, el aprender de ciertas destrezas que servirán para un mejor desempeño el futuro son algunos de los beneficios que entrega el nivel Inicial, según los propios padres y docentes.
“El Inicial nos ayuda a que los niños interactúen en un entorno nuevo. Una de las partes fundamentales es el lenguaje, entonces esta área se desarrolla, se mejora muchísimo más. Hay grandes cambios entre los niños que van y no van al Inicial”, opinó Maritza Machado, quien trabajo con niños de tres y cuatro años.
La zona 6, compuesta por Azuay, Cañar y Morona Santiago, tampoco se ha quedado atrás en este proceso que cada vez toma fuerza. Solo en este año lectivo 2022-2023, hasta el 21 de junio, se graduarán 14.139 tras cumplir con los dos niveles del Inicial.
Entre ese número se encuentran 122 niños y niñas del centro inicial Antonio Borrero Vega, de Cuenca, quienes tuvieron ayer su graduación luego de mostrar un desarrollo positivo antes de ingresar a la escuela en el año escolar 2023-2024.
“Los resultados de que estén en el Inicial son buenos. Hay un cambio, se nota un cambio. Mi niño tenía algunos problemas hace un año, como en el lenguaje y desenvolvimiento. Ahora habla más, es mucho más sociable”, dijo a El Mercurio Susana Robles.
Por esos cambios es que el centro Antonio Borrero Vega decidió hacer un acto de incorporación: para mostrar que el nivel Inicial debe ser una parte indispensable del proceso educativo de los infantes.
“Hacemos esto para motivar, para que los papitos vean, para que motiven a otros padres a que inscriban a sus hijos en el Inicial. Se ven los cambios en nuestros pequeños que ya se gradúan y empiezan otra etapa”, acotó Soledad Mejía, directora del centro Antonio Borrero Vega.
Fuente: Mercurio
