Los ucranianos se muestran expectantes ante la visita a Estados Unidos de su presidente, Volodímir Zelenski, en un momento clave de la guerra, con combates en máxima intensidad y ataques continuados rusos contra la infraestructura civil.
«Espero que el mundo y la gente de EEUU intenten mirar lo que está ocurriendo en Ucrania a través de los ojos de los ucranianos», dice a EFE Inna, que está visitando Leópolis, al oeste del país, con sus dos hijos pequeños, mientras su marido lucha en el frente de Donetsk.
«Las armas son importantes, pero las guerras las gana la gente. Espero que abran sus corazones al sufrimiento que Rusia está infligiéndonos», agrega.
En su opinión, la información que se hace pública sólo refleja una pequeña parte de la devastación en el frente de guerra.
«[La ciudad de] Bajmut está sembrada de partes y trozos de lo que antes eran seres humanos. Nuestros soldados los están recogiendo sin saber siquiera si estos son cuerpos de ucranianos o de rusos», afirma a modo de ejemplo.
Aunque Inna espera que la visita de Zelenski a Washington sirva de ayuda, no cree que vaya a contribuir a un cambio decisivo de la situación.
«Zelenski lo intentará, pero me temo que aún así no obtendremos el nivel de apoyo que tanto necesitamos ahora mismo», manifiesta.
Vasyl, un residente de Leópolis, expresa una opinión similar.
«EEUU está haciendo mucho y estamos agradecidos. Pero nos están dando armas de una forma muy gradual. Terminaremos venciendo, pero de esta manera la guerra durará años, destruirá la mitad del país y acabará con millones de personas», asegura.
El coste de ayudar a Ucrania es reducido en comparación con lo que EEUU se vería obligada a invertir en defensa si Rusia se hace dueña de la situación y amenaza a Europa desde territorio ucraniano, señala.
«Espero que Zelenski recuerde a aquellos que critican la eficacia del apoyo a Ucrania que EEUU ya ahorró mucho dinero gracias a que Ucrania cedió su arsenal nuclear en los noventa», agrega Vasyl.
Además, subraya que todas las armas recibidas por Ucrania se usan para el combate ya que son necesarias para la supervivencia y que las posibilidades de que sean traficadas son mínimas debido a los estrictos controles en las fronteras europeas.
Fuente: EFE
