Deportes,  Deportes Destacadas

Entrenadores hacen reajustes tras postergarse los Juegos Nacionales Prejuveniles

Briana Morocho cumple doble jornada de entrenamiento en Miraflores luego de terminar con éxito el año lectivo en la Unidad Educativa Buena Esperanza, en Ricaurte. Para ella es positivo la postergación de los Juegos Nacionales Prejuveniles, que congregarán a deportistas entre los 12 y 17 años.

Por el Paro Nacional -que duró 18 días- el Ministerio del Deporte trasladó su inicio para el cinco de agosto. En principio estaba para el 27 de julio. “Lo veo de manera positiva porque nos da casi dos semanas más de entrenamiento y eso nos va a ayudar bastante”.

En la parte menos lodosa y menos agrietada de la medialuna de saltos verticales intenta perfeccionar la técnica en salto alto con la guía de Rolando Figueroa. “La preparación estaba muy buena, pero siento que necesito entrenar más”, dice la heptatlonista que en marzo pasado con solo 15 años alcanzó el primer lugar en el Selectivo Nacional U18, en Ambato.

Su familia quiere que regrese con una nueva medalla de oro. Brianna confiesa sentir un poquito de presión, pero “lo intento sobrellevar con los entrenamientos, demostrando que tengo el rendimiento para cumplir de nuevo las expectativas”.

Con apoyo del área de psicología trabaja para que cualquier presión externa no interfiera en su desenvolvimiento deportivo. Su objetivo es cumplir procesos que le permitan a mediano plazo formar parte de la Selección Nacional.

Los Juegos Nacionales Prejuveniles se desarrollarán en un 82 % en diversas ciudades de Manabí: Portoviejo, Manta, Chone, Calceta y Bahía de Caráquez. El atletismo tendrá lugar en el estadio Alberto Spencer Herrera, en Guayaquil, del 12 al 14 de agosto.

Figueroa señala que toda la planificación estaba dirigida para llegar en óptimas condiciones a las fechas programadas inicialmente por los organizadores, sin embargo, entiende las razones de la postergación y advierte que todos los entrenadores harán reajustes bastante técnicos para evitar lesiones por alguna sobrecarga.

Fuente: La República