Según datos del Ministerio de Educación, al momento en el país están identificados 30 niños superdotados, es decir que su nivel de coeficiente intelectual sobrepasa los 130 puntos, estándar establecido por la Organización Mundial de la Salud; sin embargo, contrario a lo que se cree, esta característica puede tornarse en una dificultad, pues requiere de una educación especial que, no siempre se proporciona.
Rita Tapia, directora del centro educativo Mundo de Genios, conoce de primera mano los problemas que enfrentan los padres en el sistema educativo, pues su institución trabaja en niños con capacidades superiores hasta los cuatro años, edad en la que pasan a la educación básica, donde muchas veces se les niega el acceso a un currículo adaptado a sus necesidades o incluso no se les permite en ingreso.
En septiembre del 2020, la Dirección Nacional de Educación Especializada e Inclusiva, del Ministerio de Educación, publicó el Instructivo para la atención educativa a estudiantes con Dotación Superior, en el que se establece la obligación que las instituciones educativas tienen de adaptar el currículo para estos niños y la posibilidad, excepcional, de reducirles el periodo de escolarización, es decir, adelantarles los años.
Aunque Silvia Tapia, docente universitaria de Altas Capacidades en la UDLA, resaltó la importancia del Instructivo, señaló que no siempre se cumple, principalmente por la falta de capacitación a los docentes, que deben enfrentar el reto de adaptar el currículo.
“Un niño con superdotación requiere igual o más atención que uno que tiene discapacidad, a un docente le equivale a tener cuatro niños con capacidad estándar, pero eso no se considera y no se invierte en el docente, no se le otorga tiempo para prepararse, ante esto, para los centros educativos es más fácil no recibir a los niños”, explicó la experta.
Daniel Crespo, subsecretario de Educación Especializada e Inclusiva, puntualizó que ninguna institución puede rechazar a un menor por tener superdotación, y tiene la obligación de adaptar el currículo a su nivel de aprendizaje; además, puntualizó que no es necesario que los niños acudan a escuelas especializadas que, no siempre están al alcance del bolsillo de todos los padres.
Se los confunde como niños problema
Cuando un niño superdotado no es evaluado a tiempo, Silvia Tapia explicó que existe una alta probabilidad de que sean confundidos con niños conflictivos, pues al tener un nivel de aprendizaje acelerado, se aburren fácilmente y tienden a molestar a los otros; son además personas críticas, exigentes, lo cual, no siempre es bien visto.
“Cuando un niño superdotado no es estimulado, hay una mala inserción educativa o incluso no se lo evalúa nunca, puede llegar a abandonar los estudios, porque no pasa de ser un niño inteligente, pero mal comportado; su gran inteligencia hasta puede ser usada en cosas poco beneficiosas, en resumen, ser desperdiciada”, señaló la experta.
Fuente: El Mercurio
