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¡A revivir los juegos tradicionales!

La amplia sonrisa de Dominick Granja se dibuja automáticamente cuando sus compañeros de la Unidad Educativa Sudamericano le invitan a jugar canicas. Sus abultados bolsillos están llenos de “bolitas” de diferentes colores y tamaños, desde las famosas “chinas” y “japonesas”, pasando por las “lecheras”, hasta “kamalas”, esas que se sacan a relucir cuando parece que todo está perdido en los distintos juegos como el “pepo y cuarta”. 
Mientras cierra su ojo izquierdo para cuadrar la mira, el estudiante, de 9 años de edad, comparte que su abuelita Gerardina Navarro le enseñó a jugar. “Tengo más de 200 canicas, a veces he perdido, pero también las he recuperado”.
A pesar de su corta edad lamenta el poco interés que existe en la actualidad por los juegos tradicionales al señalar que la mayoría de niños ahora solamente pasan en el celular. “Me gusta salir a jugar con mis hermanos Kevin y Julián. Soy feliz junto a ellos”.
Las energías de Dominick parecen inagotables. Corre de un lado a otro haciendo sonar con sus canicas que lleva consigo para luego hacer bailar el trompo. Con una cara de picardía lo “duerme” en su mano, ante la atenta mirada de sus compañeros y maestros de los quintos de educación básica.
Otro grupo de niños se encuentra jugando a la “Rayuela” o también conocida como el “Avioncito”. La felicidad es evidente, principalmente de María Elena Asmal, quien tiene 10 años.
Con mucha puntería lanza su ficha y empieza a saltar en un solo pie sobre las casillas trazadas en el suelo con tizas de colores por la misma estudiante que demuestra tener un gran pulso.

María Elena, además de ser activa, es muy creativa. La imaginación de ella y sus amigos es tal que cuando se encuentran aburridos se inventan juegos. Así, por ejemplo, modificaron el acostumbrado “Piedra, papel o tijera”, que incluye correr por los patios de la institución.
Unos metros más allá, varios niños extienden un elástico entre sus piernas y empiezan a brincar al ritmo de “El mer-ca-der afuera, adentro, estiro, encojo y piso”…
Heidy Arias y Pauleth Luna dominan la técnica aunque cada vez la dificultad sea mayor, a medida que la altura del elástico va subiendo.
Heidy comparte que esta actividad no solamente la realiza en la escuela sino también en el patio de su casa, en donde adicionalmente tiene pintado una rayuela. En cambio, Pauleth cuenta que también juega a saltar la soga con sus familiares.
En tanto, Nicolás Pesántez, se divirtió en la hora de educación física con la “Carrera de limones” y “Carrera de Ensacados”.

Fuente: El Mercurio