En Azuay hay 351.610 viviendas particulares, de las que 109.510 están desocupadas. Así lo reveló el VIII Censo de Población, VII de Vivienda y I de Comunidades de Ecuador de 2022. En resumen el 31% de viviendas en Azuay permanecen deshabitadas
En Cañar ocurre algo similar: de las 109.448 casas privadas construidas en esta provincia, 41.495 están deshabitadas. Igualmente, de 75.459 inmuebles que hay en Morona Santiago, 23.965 están sin habitantes.
Esta realidad también se repite en Cuenca, pues de las 241.892 viviendas que hay, 61.945 permanecen sin personas. En esta ciudad en 2021 había 131.038 inmuebles de los que solo 100.418 estaban habitados.
Actualmente en Gualaceo hay 21.008 casas de las que 12.435 están ocupadas. En Sígsig, de las 15.243 viviendas que hay, 7.732 están habitadas. En Chordeleg de 6.399 inmuebles 3.646 están con personas.
Factores
Patricio Rodríguez, arquitecto y asesor de bienes raíces, cree que este alto índice de viviendas desocupadas en el Austro es producto de tres factores principales.
El primero: la migración al exterior, pues se estima que en los últimos 25 años la salida de ecuatorianos se ha incrementado. Se calcula que por lo menos 1,4 millones de ecuatorianos ha dejado el país en este tiempo.
Un segundo factor es la plusvalía, pues según Rodríguez, “resulta un buen negocio comprar una vivienda y conservarla durante un tiempo para luego revenderla. Hay una buena ganancia…”, señaló.
Rodríguez cree que una tercera causa es el desplazamiento de una parte de la población desde el sector urbano al rural, “pues hay una migración interna que tiende al alza…”, aseveró.
“Cuenca y el Azuay tienen una particularidad en el mercado inmobiliario, pues los bienes raíces suben de precio mucho más rápido que en otras ciudades y esa es una ventaja del mercado inmobiliario…”, dijo.
Añadió: “asimismo hay muchos condominios y urbanizaciones que han sido construidos y han quedado allí porque no se han vendido, pues no hay circulante suficiente para este negocio…”.
Conventillos
Para Pedro Arcentales, arquitecto e investigador en planificación, en las últimas dos décadas de igual forma en Azuay se ha acentuado un fenómeno de concentración urbana.
“En palabras sencillas esto es que por los niveles de pobreza miles de familias se han visto obligadas a compartir casas pequeñas, lo que se conoce como conventillos, viven en hacinamiento…”, afirmó.
Fuente: Mercurio
