El Bioparque Amaru es el refugio de los cóndores ‘Auqui’, ‘Inty’ y ‘Pacha’. Tras ser rescatados, los tres llegaron con heridas e incluso perdigones en sus cuerpos. Ahora constituyen una pequeña muestra de los riesgos que implica ser el ave más representativa de los Andes.
Ayer, en el marco del Día Nacional del Cóndor Andino, representantes de ETAPA EP y Amaru se reunieron para socializar estrategias enfocadas en la conservación de esta importante ave.
El cóndor no solo es un emblema del país. Los expertos resaltan que también aporta de manera notable al equilibrio del ecosistema que se desarrollan, sobretodo, en los páramos y bosques andinos.
Pero los datos sobre esta especie no son alentadores. En Ecuador, durante la década comprendida entre 2012 y 2022 se contabilizó la muerte de 137 cóndores. En Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo ocurrió el mayor índice de decesos.
Las principales causas son el envenenamiento y la cacería. Todos estos detalles los reveló Ernesto Arbeláez, administrador de Amaru, aliado estratégico de la Fundación Cóndor Andino Ecuador, dedicada a la conservación de esta especie.
Las cifras detalladas por Arbeláez motivan a reflexionar sobre la supervivencia del ave más emblemática de Ecuador. No obstante, aseguró que urge un censo nacional para conocer la situación actual real de los cóndores.
Como centro de rescate animal, generaron las condiciones adecuadas para que la cóndor ‘Pacha’ y el cóndor ‘Inti’ puedan tener una cría.
En las próximas semanas es muy probable que esta pareja tengan su polluelo. Aunque en su hábitat natural, tanto la hembra como el macho cuidan de la cría, por esta vez la madre está a cargo de la incubación.
Sin embargo, los primeros días de vida del polluelo son críticos debido a que después del nacimiento, los padres se ponen territorialistas y temperamentales, ocasionado estrés en la pareja y a veces hasta provocando la muerte accidental del recién nacido.
Con este antecedente, Amaru no solo es un centro de rescate animal sino también busca concienciar sobre el cuidado de la fauna y la reproducción animal para la conservación de especies.
En la región sur del país, que incluye Azuay, se calcula que existen unos 30 cóndores. Las zonas en las que es factible ver estas aves surcando los cielos son los cantones Oña y Nabón, además de las encañonadas de los ríos Jubones y León.
Más cerca de Cuenca, el Parque Nacional Cajas puede ser una alternativa para avistar esta especie. No obstante, se requiere mucha paciencia para esperar su paso.
Apoyo
Entidades como ETAPA, colaboran con el cuidado de esta especie. Galo Durazno, gerente de agua potable, señaló que desde la empresa municipal se han motivado acciones como la construcción de un comedero para estas aves.
Además, colaboran con un observatorio para registro de las actividades de las aves que frecuentan el Cajas. Todo esto configura la generación de condiciones idóneas para su subsistencia.
Fuente: Mercurio