El Real Madrid atisba las semifinales de la Liga de Campeones tras exhibir los galones del vigente campeón en un triunfo repleto de autoridad, con goles de Karim Benzema y Marco Asensio, a un Chelsea endeble en su moral, que perdonó en el inicio y recibió un castigo que pudo ser mayor al jugar la media hora final con diez por expulsión de Chillwell.
Con el traje de campeón de Europa, de club dominador como ninguno de la competición, el Real Madrid asumió con entereza el favoritismo ante un Chelsea que pasa de la reconstrucción a la autodestrucción. Demostró una vez más el equipo de Ancelotti su vínculo con la ‘Champions’. Un grupo de jugadores que se transforma. Intensos, directos, letales. Sin rival.
Una imagen desatada tras un susto inicial que puso freno a la salida en tromba madridista. No se había cumplido el minuto 2 cuando a Joao Félix le faltó colmillo goleador en uno de esos despistes que suelen costar caros en las noches grandes. Mal repliegue tras perdida y error en la línea del último jugador, en campo rival, permitieron al portugués correr con tiempo para pensar como acabar la jugada. Incapaz de superar a Courtois con su chut raso que sacó con los pies el belga.
Era una noche que medía a Joao. Voló del Atlético de Madrid buscando la felicidad que no encontraba con Simeone y su presente deja más sombras que luces. Sin llegar a lo que prometió en su irrupción en la élite. Lo opuesto a Vinícius, en un crecimiento infinito que demostró un día más ser uno de los futbolistas más desequilibrantes del planeta. A los cinco minutos ya le había sacado la amarilla a Fofana.
La línea de cinco que resucitó Lampard para tapar espacios, no impediría a ‘Vini’ desequilibrar siempre en velocidad. La decisión de apostar por Thiago Silva tras un tiempo de inactividad sorprendió. Más aún la suplencia de Havertz. El técnico interino del Chelsea quiso defender bien y correr ante un Real Madrid volcado. El plan estuvo a punto de triunfar pero Joao perdonó y el incombustible Kanté tardó en decidir en la segunda.
Las dudas del Chelsea nacieron desde la presión alta del Real Madrid. Con pérdidas ante el físico poderoso de Fede Valverde y una resurrección física de Carvajal. Con balón, la velocidad y la precisión desarmó la defensa poblada del Chelsea en una de esas noches en la que a Benzema se le ve inspirado desde el inicio. Probó a Kepa en el primer intento, escorado, sin apenas espacio pero como aviso tras conectar con Vinícius.
Fuente: República