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El día de los inocentes tiene su propia fiesta en Cuenca

Hasta hace solo dos décadas, el seis de enero de cada año, el Centro Histórico de Cuenca se transformaba con sus gentes. Las personas se vestían de políticos y payasos; de mujeres con físicos protuberantes; de personajes reconocidos del Ecuador.

Y entonces llegaban los chistes cortos y largos; los testamentos que rimaban; y la mufa de los aludidos. Y en toda esa algarabía, la gente iba y venía por la calle Bolívar y sus alrededores para ser parte de lo que les convocaba: la fiesta de los santos inocentes.     

A diferencia de otros países, en los que se celebra el Día de los Inocentes el 28 de diciembre, en Ecuador, y particularmente en Cuenca, la fecha fue establecida el 6 de enero y recordada con disfraces y chistes que llegaban a ser groseros en algunos casos.  

Sin embargo, en la ciudad, entre el 28 de diciembre y el 6 de enero, sí había grupos de personas que les gustaba hacer bromas a sus conocidos.

“A mi papá no le gustaba mucho el Día de los Inocentes, pero a sus amigos sí. El 28 de diciembre no salía de la casa para no estar con la tentación de hacer bromas ni que le hagan bromas a él”, recordó Juan Fernando Bermeo, hijo de Humberto Bermeo, conocido como “Don Indio Manuel”.

Entre las bromas que Juan escuchó de su madre estaba aquella que consistía en invitar a los conocidos a la casa para supuestamente conversar en la cama. Lo que no sabían los invitados era que las tablas que sostenían el colchón habían sido quitadas para que ellos terminaran en el suelo.

Otra de las bromas que se hacían era poner sal a lo que debía saber dulce, y poner azúcar a lo que debía saber salado.

Que la gente salga disfrazada el seis de enero a las calles tiene mucha relación con el evento que organiza Amistad Club desde hace un poco más de 47 años: las llamadas, hoy, “mascaradas”.

En aquel entonces, en la Cuenca de antaño, las mascaradas eran distintas. Había dos desfiles: uno en la tarde y otro en la noche.

El de la jornada vespertina era mucho más familiar y más tranquila. El de la noche era todo lo contrario. Chistes picantes y la desvergüenza de sus participantes.  

En la actualidad todo eso ha sido reemplazado por un solo desfile que se realiza en la avenida Huayna Cápac, y en la que participan instituciones, universidades y grupos, quienes demuestran su creatividad a través de figuras y carros alegóricos.

“La ironía, la sátira siguen vigentes, pero sin duda la forma de presentarse ha ido cambiando. Son otros tiempos. Si ha cambiado para bien o para mal, eso queda en la opinión de cada persona”, dijo César Banegas, presidente de Amistad Club.  

Fuente: DMC