Latinoamérica se encuentra en un momento «emocionante» donde ha mejorado en inclusión política, según el director del Instituto Pearson, James Robinson, quien es escéptico en que este signo positivo vaya a solucionar sus problemas estructurales porque «es el continente de las crisis».
«Siempre hay crisis en Latinoamérica. Hay incumplimientos de pagos, hiperinflación… las sociedades latinoamericanas crean crisis y no logran enfrentarlas», aseguró Robinson en una entrevista durante el decimocuarto Foro Ministerial de Desarrollo de América Latina y el Caribe, celebrado en Cuenca, Ecuador.
Robinson, que participó como invitado en el foro organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) de Ecuador, indicó que «uno de los problemas en América Latina históricamente ha sido esta enorme concentración de poder político en manos de unas pocas personas, y eso se ha derrumbado».
«Tal vez no en Cuba o Nicaragua, o en alguna otra especie de versión modernizada de una dictadura tradicional latinoamericana, pero está cambiando, y ese tipo de aumento masivo en la inclusión política es muy emocionante», valoró el politólogo y economista británico.
«Pero, pero la pregunta es: ¿conducirá eso a una especie de transformación y desarrollo social del tipo que todos esperamos que suceda? Ahí es donde empiezan los problemas, creo», puntualizó.
Robinson aseguró que le resulta «fascinante» que, si se hace un ránking de los países de América por niveles de prosperidad, la clasificación es la misma que hace 120 años, con Estados Unidos y Canadá a la cabeza, «y luego tal vez Chile, Argentina y Uruguay», y en la parte baja países como Guatemala y Nicaragua.
«Hace 120 años el ingreso per cápita de Colombia era el 20 % de Estados Unidos, y ahora sigue siendo el 20 %. Así que hay algo muy arraigado y algo histórico en los patrones de desarrollo en las Américas», apuntó Robinson.
«Cuando entiendes los problemas profundamente arraigados en América Latina, entiendes por qué los países latinoamericanos no son buenos para lidiar con ellos», agregó.
Para Robinson, una de las claves es la debilidad del Estado y de sus instituciones, y «no es una coincidencia que sean débiles, hay una lógica política detrás de la debilidad de las instituciones estatales».
«Una de las grandes preguntas es si el surgimiento de todas estas nuevas fuerzas políticas en Chile, Perú o Colombia o México realmente va a cambiar la lógica política y los incentivos políticos que han mantenido débiles a las instituciones», incidió.
Fuente: EFE