Patricio Pizarro se contagió de COVID-19 en julio de 2021. Los pronósticos posteriores no eran nada alentadores, sus pulmones se afectaron, apenas tenían una funcionalidad del 10 %.
El guerrero, que luchó intensamente por su vida, estuvo internado un mes en cuidados intensivos, razón por la cual perdió mucho peso y sus músculos se atrofiaron, a tal punto que no pudo caminar, sentarse, ni tampoco comer por su cuenta.
El mecánico industrial, de 55 años, finalmente venció al virus y hoy lleva una vida normal, todo gracias al apoyo de su familia, que inclusive tuvo que organizar una rifa para conseguir fondos y no verlo morir.
La doctora Liliana Pineda también fue pieza clave en su recuperación, quien literalmente le ayudó a que vuelva a caminar.
La profesional destacó que este virus deja diferentes secuelas, según la severidad, pero cuenta que generalmente presentan problemas motrices y neuropatías en lo que respecta a su especialidad.
“Algunos pacientes post COVID-19 presentan debilidad muscular, sobre todo en miembros inferiores, mientras en los miembros superiores quedan con unas fasciculaciones”.
Por tal razón, la especialista colombiana que radica en Cuenca desde hace 14 años, destaca que es muy importante una valoración médica para definir el procedimiento a seguir. “Siempre se analiza las implicaciones y complicaciones motrices y se empiezan a trabajar con ejercicios pasivos para que el paciente no intervenga directamente”.
La fisioterapia, que tiene 26 años de experiencia y trabaja en las clínicas San Juan de Dios y Humanitaria, luego apunta a movimientos activos. “La terapia física siempre es recomendable para estos casos, así como hacer movilizaciones, lo que implica ponerlos a caminar si están en las condiciones o ponerlos a moverse dentro de la cama si no deambulan, siempre con base al movimiento”.
Pineda destaca que se debe tener mucha paciencia, tomando en cuenta que el grupo poblacional más afectado está por encima de los 55 años. “Antes, cuando atravesábamos el pico más alto de la pandemia, la edad que predominaba era 60 años para arriba, es decir, las secuelas en la gente joven actualmente es menor que en el adulto mayor.
Hizo un llamado a que las personas sigan vacunándose contra la COVID-19 y mantengan las medidas de bioseguridad como el lavado de manos y el uso de la mascarilla, a pesar de que el Gobierno Nacional levantó esta medida como obligatoria. “Aún no podemos dejar de utilizar esta prenda porque en estos días estamos viendo una oleada grande de COVID-19, principalmente en niños”.
Más secuelas
El doctor Andrés García también estuvo atendiendo desde el inicio mismo de la pandemia a pacientes contagiados de COVID-19.
La experiencia que sumó durante el tiempo que estuvo en primera línea resulta fundamental para entender y tratar a pacientes que sufren secuelas del virus.
El galeno comparte que la mayoría de pacientes post-COVID-19 han quedado con dolores musculares, principalmente a nivel de espalda, así como problemas en los pulmones. “Los pacientes tienen un dolor que llama mucho la atención, y generalmente es tratado con multivitamínicos; sin embargo, en otros casos son derivados a una valoración neumológica”.
Así, sostiene que muchos contagiadas han tenido que utilizar inhaladores por las lesiones experimentadas a nivel pulmonar.
Fuente: El Mercurio