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La Policía investiga el robo de 150 armas de sus instalaciones en Guayaquil

El ministro ecuatoriano del Interior, Patricio Carrillo, informó este lunes de que se investiga el hurto de 150 armas de fuego de una instalación policial en la ciudad costera de Guayaquil, capital de Guayas, provincia en estado de excepción para combatir los altos niveles de inseguridad.

«Ante las 150 armas hurtadas en la zona 8, tres servidores de la Policía de Ecuador se encuentran sometidos a la administración de justicia. En lo administrativo se determinará la cadena total de responsabilidades», escribió en su cuenta de Twitter.

Aclaró que las «armas se encontraban en proceso de destrucción e inhabilitadas para el uso policial» y que la alerta se generó «por este mecanismo, lo que hace presumir la ausencia de controles y un hurto sistemático por un período de tiempo sin adecuada supervisión».

Carrillo manifestó que «la corrupción es un fenómeno que mina las instituciones» y al anotar que «la transparencia genera confianza», añadió que el Gobierno del presidente Guillermo Lasso, «no descansará por transparentar y alcanzar esa confianza ciudadana».

El Ministerio del Interior informó este lunes de que se ofrecerán más detalles sobre el suceso en una rueda de prensa de la Comandancia de la Policía.

En un comunicado, la Policía ratificó «el compromiso por combatir el delito en todas sus formas y origen, con absoluta transparencia y en apego a los principios, valores y normas que rigen nuestro accionar», anotó en el escrito.

HURTO EN MEDIO DE ESTADO DE EXCEPCIÓN

El hecho ocurre en momentos en que rige en la provincia de Guayas un estado de excepción para tratar de controlar los altos niveles de violencia.

El pasado 29 de abril, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó el estado de excepción además de en esa provincia, en las costeras de Esmeraldas y Manabí, también con el mismo objetivo.

El Ejecutivo ecuatoriano ha destinado una partida de 11,5 millones de dólares para reforzar la seguridad en Guayaquil (suroeste).

Estas decisiones responden a la creciente violencia que se vive en el litoral ecuatoriano protagonizada por bandas criminales organizadas enfocadas principalmente en el narcotráfico y algunas con vínculos con carteles de la droga de México y Colombia, según apuntan las autoridades ecuatorianas.

Escenas como la aparición de personas decapitadas o los asesinatos por parte de sicarios se han vuelto cada vez más frecuentes en las provincias costeras, principalmente alrededor de Guayaquil, cuyo puerto es utilizado de trampolín para la cocaína producida en Colombia, Perú y, en menor medida, también en Ecuador.

Fuente: El Mercurio