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El e-commerce se potencia en Ecuador

En la actualidad, el 49 % de ecuatorianos que usa los canales e-commerce para adquirir algún producto lo hace a través de su celular, mientras que el 31 % lo realiza a través de su computadora o laptop, esa es la conclusión de un estudio de BlackSip, empresa de e-commerce en América Latina.

Esta es la tendencia en Ecuador que se refleja tras dos años de pandemia. La necesidad de comprar en medio de un confinamiento, tener restricciones y sentir temor por salir al exterior, llevó a las personas a experimentar lo que es navegar en canales digitales.

Según el estudio de BlackSip, Ecuador se caracteriza por compras elevadas en portales extranjeros, siendo el principal reto incrementar las ventas internas y diversificar las formas de compra. Entre las categorías de mayor acceso de los ecuatorianos están: higiene, computación, electrodomésticos, moda y belleza, educación y comida para mascotas.
De igual manera, son los hombres quienes más compran en línea con un 51 %, mientras las mujeres representan un 49 % de las compras. De estos datos, el 31 % de consumidores tiene menos de 35 años.
Paulina Cisneros administra el local de bisutería de alta gama, Marpesia, y desde el 2017 abrió un sitio web y desde él ofrece su mercadería a nivel nacional.

El crecimiento del comercio electrónico durante y después de la pandemia es evidente para Cisneros. Las personas se sintieron obligadas a aprender porque era el canal principal para realizar compras de alimentos, medicinas o artículos del hogar.
Cuenca es una ciudad más pequeña, a comparación de Quito y Guayaquil, pero es similar al momento de utilizar plataformas digitales para realizar compras, analizó Cisneros, quien además es socia de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE).

Su negocio de bisutería cuenta con la misma cantidad en ventas, tanto en la tienda física como electrónica.
Ricardo Rojas, vicepresidente regional de BlackSip, afirma que antes de la COVID-19 el uso de los canales electrónicos eran bajos, pero el aislamiento dio la oportunidad a los comercios de mostrar sus beneficios.

Al existir un contacto directo entre el vendedor y usuario se reduce la desconfianza, de ahí la importancia de contar con un canal de comunicación abierto.

Rojas asegura que durante la pandemia se realizaron compras por necesidad porque la gente estaba obligada a permanecer en casa. En la etapa actual denominada pospademia, el trabajo es continuar fortaleciendo este método de venta.

Cisneros, experta en redes sociales, marca una diferencia entre e-commerce que es un sitio web transaccional que vende en línea al 100 % y el social selling que es la venta por redes sociales. “El servicio se convierte en personalizado porque el pedido se toma por WhatsApp o Messenger, en cambio, en el comercio electrónico se automatiza el proceso con el pedido y facturación”, detalló.

Leonardo Ottati, director general de la CECE, dice que de los beneficios del e-commerce en el país. Al tener una tienda virtual se exhiben los productos que por espacio no podrían ser vendidos en las tiendas físicas. A esto se suma la posibilidad de vender las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Otro de los beneficios es la opción de captar más clientes, sin verse limitados por su ubicación geográfica. “Esto quiere decir que una tienda puede ser vista por cualquier persona, en cualquier lugar”, apuntó Ottati.

Fuente: El Mercurio