Una denuncia contra Henry P., de Cuenca, de 25 años, que se hacía conocer en Instagram con varios nombres, nacionalidades y profesiones, ratifica el riesgo que hay al conocer nuevos amigos en redes sociales.
El último 12 de marzo Adriana I., una odontóloga, de 35 anos, de Santo Domingo de los Tsáchilas, publicó en su perfil de Facebook un texto donde expuso públicamente al cuencano.
Ella contó en su publicación que lo conció el año pasado por medio de Instagram, pero allí Henry P., no estaba con su nombre real sino como Guillermo Von Büllow. Decía ser un arquitecto de Alemania e hijo de un acaudalado empresario de Argentina.
Luego de mantener un contacto digital se conocieron en persona en enero de este año, se hicieron novios y ella incluso lo llevó a vivir en su casa. Fue a Brasil por estudios por 15 días y también le dejó su auto.
A su regreso continuó la relación con normalidad, pero el 9 de marzo, según la mujer, tuvieron una discusión y el sujeto la agredió físicamente antes de irse del lugar donde vivían, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Engaño
A pesar de esto ella lo buscó y finalmente descubrió que había sido engañada por el supuesto extranjero, al igual que otras 12 mujeres más, ante quienes se presentó como: artista, productor, diseñador y cineasta.
También como: médico, abogado, asesor legislativo en Argentina, deportista y poeta; y con identidades como: Guillermo Rizo, David Crespo y Guillermo Krollet.
Antes de ser enamorados el cuencano le había dicho a esta odontóloga que su familia, que era millonaria, le había retirado el apoyo financiero porque no estaba de acuerdo con sus relaciones sentimentales.
Con el tiempo se descubrió que esta misma mentira les había dicho a otras mujeres, a quienes además les pidió accesos a claves y cuentas bancarias. Esto en Cuenca y Quito.
Algunas le habían comprado ropa cara, de marca; y también pagaron algunos consumos que el joven había hecho en locales como restaurantes.
Este caso ha sido denunciado en la Fiscalía de Santo Domingo de los Tsáchilas como violencia intrafamiliar, y no como estafa, abuso de confianza y suplantación de identidad como se lo hace comúnmente.
Esta historia local llega en medio del revuelo que ha causado la película de Netflix, «El estafador de Tinder», que cuenta la historia de un hombre que se presentaba con perfiles falsos para estafar a mujeres.
Fuente: El Mercurio
