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Modelo de entrega de fármacos tendrá prueba piloto el 31 de marzo

La implementación del plan piloto de externalización de las farmacias de los hospitales públicos del país iniciará oficialmente el 31 de marzo, el próximo lunes se harán algunas pruebas. En el caso de Cuenca, se aplicará en el “Vicente Corral Moscoso”.
A través de un comunicado del Ministerio de Salud Pública se detalló que en esta primera fase se espera verificar el funcionamiento del sistema desde las casas de salud hasta las farmacias privadas.
Andrea Bersosa, coordinadora zonal de Salud, explicó que los pacientes serán atendidos con normalidad en los diferentes hospitales y posteriormente podrán retirar la medicación con su respectiva receta en las farmacias privadas que estén autorizadas.
“El Ministerio de Salud Pública todavía se encuentra receptando aquellas farmacias que quieran participar (de este proceso), pues existe un listado de precios (de medicinas) estandarizados a nivel nacional, es decir, no pude variar el precio entre una farmacia de Cuenca, con una de Guayaquil, Quito u otro lugar”.
Bersosa acotó que los pacientes podrán elegir, entre las farmacias habilitadas, en cuál de ellas retirarán su medicina. Una vez recibida, la receta se “bloqueará automáticamente”; mientras, el hospital, en donde se hizo atender el ciudadano, recibirá una notificación.
La profesional de la salud también detalló que los pacientes de consulta externa recibirán este tipo de medicación “que no requiere mayor cuidado, que no sea para aplicarse vía venosa o que no tenga alguna reacción post administración. Por lo general retirarán tabletas, insulina, medicación que sea de fácil uso y de control por parte del paciente”.
En este sentido, Bersosa indicó que “por lo pronto se está revisando cómo será el flujo del hospital “Vicente Corral Moscoso”. El pasado viernes, con la presencia de Miguel Moreira, viceministro de Atención Integral en Salud, se revisó desde la entrada hasta la salida para ver en dónde puede encontrarse un posible problema ante el retiro de la medicación”.
De acuerdo con el plan del Ministerio de Salud, “el modelo será totalmente transparente y legal. Permitirá el control y auditoría del proceso. Además es abierto y participativo ya que podrán adherirse todas las farmacias privadas del país, precautelando la calidad de los medicamentos. Así se conseguirá terminar con el desabastecimiento vivido en los últimos años”. Para el efecto aseguraron que el Gobierno garantiza el presupuesto necesario para su ejecución.

Antecedente


La idea de externalizar las farmacias de los hospitales públicos se planteó el año pasado. El 9 de junio de 2021, Alfredo Borrero, vicepresidente de Ecuador, quien promueve esta iniciativa, visitó el hospital “José Carrasco Arteaga”, de Cuenca. Aquí indicó que “la salud está enferma”, refiriéndose a la falta de medicinas en las diferentes casas de salud del país.
Borrero volvió a tocar este tema el pasado 19 de julio. “Vamos a sacar las farmacias de las instituciones públicas. Y el paciente con su receta va a poder acudir a cualquiera de las farmacias del sistema, que estará en la obligación de entregársela”, dijo.
En esta ocasión inclusive fue más enérgico al señalar que tomaron la decisión de externalizar las farmacias porque dichos espacios se convierten en “centros de corrupción”.

Opiniones divididas


En las redes sociales se ha originado un debate con voces a favor y en contra. Vía Facebook, Ale Solórzano cuestionó esta propuesta.
“Sí, muy lindo, pero eso se acaba cuando el Ministerio de Salud no les paga a las farmacias, entonces las farmacias terminan el convenio y al paciente le toca asumir el costo de los medicamentos; en la época de (Rafael) Correa mismo el Seguro Social y el Hospital Eugenio Espejo de Quito ya tenían este sistema, para que ni digan culpa de (Guillermo) Lasso, pero por falta de pago a las farmacias se terminó el convenio”, escribió.
En cambio, Maya Mariana Rodríguez comentó en la misma red social: “Esperemos sea verdad”; mientras, Susana Guzñay posteó: “Por favor, ni Paracetamol hay en los centros de salud, la cosa sí que está grave”.

Fuente: El Mercurio