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Los cerros de Cuenca son un potencial turístico

Durante la pandemia, muchas personas se volcaron a las periferias de la ciudad, a las zonas rurales, para alejarse de las aglomeraciones y de un virus que hoy vuelve a poner en aprietos por sus variantes.

En Cuenca no hubo excepciones: muchos lugares que eran visitados principalmente por las personas que ya disfrutan de las zonas abiertas, crecieron exponencialmente. Un ejemplo es el mirador de El Boquerón, ubicado en Turi, en donde se vio un aumento de visitantes que disfrutan de los senderos y de las vistas hacia la ciudad.


A los centros turísticos ubicados fuera de Cuenca se sumaron los cerros que rodean a la ciudad. Además de ser espacios que guardan el paso de nuestros ancestros a través de sus asentamientos, los cerros se han convertido en lugares para actividades deportivas y de recreación.


El Guagualzhumi, el Pachamama que comparten Cuenca y Cañar, Las Monjas e Ictocruz son algunos de los cerros en donde se ha visto una cantidad considerable de personas, sobre todo, los fines de semana.


Parte de este crecimiento de visitantes, a más de salir del encierro que obligó la emergencia sanitaria, está relacionado con la formación de grupos de ciclistas y excursionistas que ha armado salidas en ciertos días para mantener una continuidad.
Ante ello, algunas parroquias rurales de Cuenca han buscado aprovechar de las visitas para fomentar el turismo y consumo dentro de sus zonas.

“Las parroquias rurales tienen muchos atractivos turísticos, tenemos recursos naturales, que necesitan apoyo de recursos económicos. Es una buena oportunidad para reactivar estos espacios”, opinó Daniel García, presidente de la parroquia Paccha.
Paccha también forma parte de los ejemplos de crecimiento de visitantes gracias al cerro Guagualzhumi. Un sinnúmero de gente caminando o en bicicleta pasa por la parroquia rural.


Por esa razón es que el gobierno de Paccha ha invertido algunos recursos, y se apresta a firmar convenios con las instituciones públicas para señalizar las rutas para excursionistas y ciclistas que van hacia el cerro.


Otro de los objetivos que ya se están cumpliendo es la capacitación a las personas dedicadas a la gastronomía, ya que la comida tradicional de la parroquia es buscada por los visitantes.

Fuente: El Mercurio