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Aglomeraciones aumentan en un 18% los fines de semana

En las últimas semanas, tras la liberación de edades para recibir la vacuna contra la COVID-19, tanto en en espacios públicos como privados ha sido notorio el relajamiento de las medidas de bioseguridad que se establecen para evitar la propagación del virus.

Según datos del Servicio Integrado de Seguridad ECU 911, varias incivilidades humanas han incrementado en sus indicadores. Así, por ejemplo, las aglomeraciones experimentaron un aumento del 18%, las fiestas clandestinas en un 28%, la presencia de libadores en un 6% y los escándalos en un 4%. Del mismo modo, causa preocupación el crecimiento en el número de personas que acuden a las playas, cuyo indicador subió a un 84%.

Más de 600 aglomeraciones, alrededor de 700 fiestas clandestinas y cerca de 29.000 personas en las playas fue lo que reportó esta entidad. Juan Zapata, director general del ECU 911, sostuvo que estas incivilidades están directamente relacionadas al número de contagios, por lo que insistió en que la ciudadanía mantenga los protocolos.

“El tiempo nos ha dado la razón en que la medida más fuerte tomada en la provincia de El Oro, con un Estado de Excepción y restricción de movilidad, fue adecuada, rápida y prioritaria. Es por eso que no hemos tenido crecimientos explosivos de la variante Delta en otras ciudades. Hemos solicitado exhortos a otros alcaldes para ajustar estas medidas. Coincidimos todos en controlar el aforo del transporte público que es un potencial de riesgo”, indicó Zapata.

Por su parte, Bernardo Vega, docente investigador de la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca, quien es parte del Proyecto Internacional Ciudadano (ICP) COVID-19, comentó que desde el inicio de la pandemia se han hecho cinco mediciones en Cuenca para verificar el respeto de la población a las medidas de bioseguridad. En el último análisis realizado en febrero, ya habían cifras preocupantes, dado que el uso de la mascarilla y el distanciamiento social disminuyeron debido a que la llegada de la vacuna generó en la población una falsa sensación de seguridad.

Fuente: El Mercurio