La creciente de los ríos en cantones del Azuay, como Cuenca, Gualaceo y Sígisig tras las lluvias de los últimos días ponen en alerta a los expertos, quienes coinciden que la solución es el mapeo de ríos y zonas vulnerables, cuyos resultados brinden intervenciones puntuales y aminoren riesgos.
El informe del INHAMI prevé que el temporal se mantendrá los próximos tres días. La Red Hidrometereológica de ETAPA realiza monitoreos permanentes en la Cuenca del Paute para activar alertas de prevención ante las crecientes de los ríos y por ende la activación de los organismos de socorro.
Lenin Alvarez, director de la Red Hidrometereológica, explica que ante posibles desbordamientos, las zonas determinadas como conflictivas son Barabón, Tres Puentes, Puertas del Sol, Coliseo Mayor y ahora el Parque El Paraíso.
La última inundación registrada en Cuenca fue en mayo del 2021. Aún hay estragos de la misma. En Tarqui, por ejemplo, hay agua empozada en los potreros; y en el Parque El Paraíso se ha formado un tercer brazo de río sobre la caminera, el cual se junta con los ríos Yanuncay y Tomebamba.
Desde el Programa para el Manejo del Agua y del Suelo (Promas) y el Departamento de Recursos Hídricos de la Universidad de Cuenca han hecho análisis de soluciones a este problema, entre ellas medidas estructurales, como las implementadas en la cuenca del Machángara que han controlado las inundaciones.
Allí se construyó dos represas, la de Chanlud y El Labrado, que guardan el agua lluvia para administrarla de forma racional, por tanto, se evidencian caudales atenuados que impiden desastres; el río Tarqui, al presentar características distintas, tras investigaciones hay indicios de la presencia de un acuífero en el valle, por lo que hay posibilidad de la existencia de agua subterránea que a futuro podría servir para abastecer de agua a Cuenca.
Adicional, para Rolando Celleri, director del Departamento de Recursos Hídricos, se debe trabajar en dos áreas geográficas diferentes, la primera, las cuencas donde se genera la precipitación con la conservación de ecosistemas, que regulen el ciclo hidrológico y permita el almacenamiento de agua; y, la segunda, en la ciudad, con una planificación adecuada para construcciones.
Fuente: El Mercurio
