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Comerciantes de la ruta tranviaria no logran recuperar su economía

Hoy se cumplen seis meses desde que el Tranvía de Cuenca inició sus operaciones comerciales, aunque las unidades han estado en movimiento continuo desde hace más de un año, cuando inició la fase de pruebas y de formación ciudadana, respectivamente.

Uno de los propósitos centrales de este proyecto, desde su concepción en 2011, era ser un atractivo turístico, además de servir como medio de transporte; y al ser un atractivo, su función era generar mayor flujo comercial a lo largo de toda la ruta.

En este tiempo, esa idea ha funcionado, de alguna manera, en ciertos sectores, especialmente en la parte céntrica de la ciudad y en la Avenida De Las Américas, donde los negocios se recuperan a paso lento. Incluso, la zona de Milchichig ha recuperado su color, con el retorno de comercios tradicionales de ese lugar. Sin embargo, la situación no mejora para los locales que se ubican en el barrio Convención del 45, Zona Rosa y alrededores del Mercado Tres de Noviembre, donde solo sobreviven los negocios que no pagan arriendo.

Según comenta Luz Galarza, antes de que inicien los trabajos de construcción del proyecto Tranvía (2013), en dichos lugares existían negocios de todo tipo y las ventas eran significativas porque había mayor circulación de transeúntes y vehículos. Galarza es propietaria de una tienda ubicada en la calle Gran Colombia, entre Octavio Cordero y Miguel Heredia, una de las calles que se volvieron peatonales tras la construcción del Tranvía.

“Gracias a que mi negocio es propio, puedo continuar, porque si pagara arriendo, ya hubiese cerrado hace mucho tiempo (…) Ahora no hay nada, y con el pretexto de la pandemia, peor. Esta calle pasa muerta; es como si todos los días fueran sábados o domingos”, manifiesta Galarza.

Fuente: El Mercurio