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Dos médicos relatan cómo atendieron a la ‘paciente cero’ de COVID-19 en Ecuador hace un año

Este domingo 28 de febrero de 2021 se cumplió un año del diagnóstico positivo de SARS-CoV-2 a la paciente índice, el caso 0 de COVID-19 en Ecuador. La mujer llegó a Guayaquil desde Babahoyo, en Los Ríos. Ella había arribado desde España al aeropuerto José Joaquín de Olmedo el 14 de febrero de 2020.

La mujer, de 70 años, fue el primer caso diagnosticado que dio a conocer la exministra de Salud Catalina Andramuño al día siguiente de la confirmación. Con este caso positivo se activaron todas las alertas a nivel nacional. Ella llegó al Hospital Alcívar, en el sur de Guayaquil, en donde le hicieron el diagnóstico y fue derivada al Hospital del Guasmo, uno de los denominados entonces centinela para la pandemia. Allí ella inauguró la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) COVID-19. Los médicos intensivistas recordaron que la recibieron con un complejo cuadro de insuficiencia respiratoria causada por el virus.

El médico intensivista José Luis Vergara, jefe la UCI del Hospital del Guasmo, explicó que ellos recibieron la confirmación el 28 de febrero y que como ya estaba todo anticipado con las camas, medicinas y personal médico distribuido con sus equipos de bioprotección, actuaron de inmediato.

“Nuestros colegas del Hospital Alcívar nos confirmaron el diagnóstico de la paciente, ella ya estaba intubada en terapia intensiva y cuando llegó la medicación de la paciente índice se le aplicaron los protocolos, que en su momento incluían una larga lista de medicamentos que en teoría tenían cierta acción inomoduladora, antinflamatoria. Se le colocaron antirretrovirales que se usaban para virus como el sida, se daba otro antiviral que se usó para el virus AH1N1 con la idea de que pueda ser efectivo, pero no fue así. También se usó hidroxicloroquina, que se emplea para el tratamiento crónico de pacientes con artritis reumatoidea, y que al usarla con azitromicina empezaron, en conjunto, a tener efectos cardiovasculares por lo que se analizó su uso, se suspendió. Ella desde que ingresó al hospital estuvo con insuficiencia respiratoria grave. Estuvo dos semana, se reponía, decaía, luego tuvo una complicación cardiovascular, que es la más temida, la embolia de pulmón, y falleció. Ahora se ha evolucionado en la medicación, ya no se complican tanto, ya empezamos a perderle el miedo a los pacientes con COVID-19″, explicó él.

Fuente: El Universo